SPñ ya es Hispanistán

Primero fue Iberia, como la llamaron los griegos, luego Hispania, que fue cómo los fenicios llamaron a la península donde hoy se ubican España y Portugal. Hay más en wikipedia, y sobre todo es interesante la hipótesis vascuence.
Luego vino la cosa política: Reino de España.
Tras la dictadura, vino el problema de las autonomías, que ha generado desde gritos y miedos, hasta odios e incertidumbres, y ahí estamos. Pero el nombre de nuestro país, que sigue siendo España, sufre modificaciones constantes por parte de los hablantes de un pretendido idioma español. La cronología de los cambios viene a ser algo así como:
Durante los gobiernos de Felipe González, el nombre del país pasa por dos etapas: la primera, con una tímida modificación, sería Ehpaña, y luego, con tantos tipos de procedencia académica dudosa acoplados a los primeros puestos, que transforman el nombre de mi país en Ejpaña.
Cuando Aznar alcanza a ganar sus elecciones el nombre de mi país recupera, con un acento castellano de Valladolid, su nombre España, que, con un orgullo sin lugar a dudas, después de las segundas elecciones, habiéndonos metido en el Euro, decidió rebautizar un país más internacional, que se llamaría Spaña.
Aznar pensó que los autores del 11M le darían todos los votos para que el PP volviera a gobernar, le faltó honradez para retrasar las elecciones del 14 de marzo y pretendió aprovechar la situación. Le salió mal la apuesta, y ZP se salió con la suya. Quedó abierta la nueva etapa, la de la imagen, la de la comunicación, la de la importancia de las audiencias, y ahí, ay, amigo, la que gana es la selección española de fútbol que, con su victoria de nivel europeo, junto con la moda de los móviles, logra un nuevo cambio de nombre para el país, que se trasmuta en SPñ.
Y finalmente, cuando revienta la economía, y el país saca lo peor de sí mismo, la picaresca, el fraude, la petición de despido libre, el crecimiento de la economía sumergida, la huida desesperada de la miseria que provoca el paro, las actitudes de los ciudadanos de este terruño caótico invocan a la adaptación que supone el nombre más aceptado ahora mismo por todos los jóvenes que navegamos por la red, sin importar la ideología que tengamos a bien defender. El nombre de mi país en 2010 es Hispanistán, que es el nombre del país del parche, la chapuza, el fraude y el enchufe. Y tener que sentir orgullo de esto...

0 me subrayan o me tachan:

Publicar un comentario