Literatura rápida


Por los blogs en los que me muevo, me ha llegado un enlace que quiero poner a disposición de los que me visitan (no son muchos, pero hay alguno); se trata de un concurso de literatura rápida. Animo a todo el que quiera participar a que revise previamente su texto, que no se le escape una copia o inspiración incuestionable (en 160 caracteres incluidos los espacios no hay lugar para picardías semejantes), y que lo dejen leer a alguien que lo quiera pero que sea sincero.
Lo que no entiendo es el requisito de utilizar el inicio que se le ha ocurrido a alguna mente pensante:
La frase de inicio de todos los microrrelatos es “No quedaban libros…”..
Se habían terminado las historias bien contadas y sus narradores, convirtiendo al editor en poco menos que un buscador de oro entre basuras, capaz de publicar cualquier trocito de chapado en oro cuya superficie pudiera limpiar, y para que la venta le ayudara a llevarse a diario algún mendrugo de pan a la boca. No había ya ideas de plena originalidad para la Fnac, la ficción y los bolsillos de las distribuidoras. Las ideas esperaban su momento para salir a la luz, y así multiplicar por diez su valor. Empezaba la burbuja de la lectura.
Pido perdón por el intento perpetrado, pero supera las 160 matrices y como no lo puedo presentar, pues aquí lo dejo, como una muestra más de la inutilidad de este filólogo.

4 me subrayan o me tachan:

Xuan dijo...

No sé si la ilustración es tuya, pero me parece genial.
Me gusta mucho leer y escribir microrrelatos (también relatos más largos). Parece que ahora están de moda. En todos los sitios convocan concursos. Creo que esto está ya degenerano. La mayoría de las veces, lo hacen para llamar la atención o por motivos de publicidad.

Javier dijo...

No quedaban libros... es broma. En cierta época, hace mucho tiempo, cuando era joven e idealista, solía participar en cuantos certámenes literarios podía, seguro de que todo el mundo reconocería mi gran talla narrativa. Quería ser escritor... Incluso gané una vez un tercer premio. La realidad, sin embargo, se impuso, y de escritor pasé a escribidor, y ya no concurso aunque sigo emborronando páginas. En fin. Nos hacemos viejos y tristes...

Un abrazo

interpreta-sones dijo...

¿inútil? jamás! (a pesar de la inminente convergencia boloñesa) yo también soy filólogo, aunque acabé la carrera en los nebulosos tiempos en que trabajaba poniendo música (no sé cómo demonios lo conseguí, la verdad), así que poco me queda de todo aquel caudal de conocimientos. anyway. me alegra descubrir tu blog!

ELFI dijo...

Hola a todos. Contestaré por partes;
Xuan: sí, la ilustración es mía, y es que entre tanta falta de aptitudes, encontré un hueco para abrir el Photoshop. Nada del otro jueves, créeme, pero bueno, algo aprendí.
Los microrrelatos a mí también me gustan, porque he visto que algunas personas sacan un partidazo a un pedacito de papel.
Javier, no me digas eso de viejos y tristes: he leído tu perfil y está claro que te gusta y sabes escribir, otra cosa es que los editores (no sé si has movido lo suficiente tus obras) o los concursos no te hayan sonreído alguna que otra vez. Por mi parte, me presenté alguna vez a algo, pero me conformé con que publicaran mis relatos en algunas revistillas y fanzines fotocopiados, nada de tiradas encuadernadas en cuero y oro.
Raúl, yo me presento muchas veces como un filólogo caducado, por si acaso me ponen en un apuro, pero el caso es que cuando uno menos se lo espera va y le salta una síncopa o una yod tercera que explica la duda necesaria. Un saludo a los 3 presentes, y muchas gracias por pasaros por aquí.

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